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Historia:

En 1575, el oidor, Alonso Criado de Castilla, en su célebre informe de la Audiencia de Panamá, refiere la existencia de un pueblo de indios libres con algo mas de 100 almas, dedicado a la cría de ganados y al cultivo del maíz, llamado Pueblo Nuevo de los Reyes del Chirú, localizado a tres leguas de Natá, es decir, situado aproximadamente en el área cercana al sitio actual de Antón.

El navegante Diego Ruiz de Campos habla en 1631, de las producciones ganaderas en las vegas de los ríos Chirú (Hato) y Antón, en la descripción más antigua y extensa que tenemos del medio natural y de la ocupación humana de esta parte del Istmo de Panamá

En los primeros tiempos parecieran presentarse serias dificultades para que se estableciese con mayor permanencia el poblado de Antón al precederse nuevamente, en 1717, en forma definitiva.

Ese carácter más permanente del nuevo asentamiento es atestiguado temprano puesto que en 1731, a casi medio siglo de la fundación de la ermita, realizan una misión, en Antón, los religiosos franciscanos fraile Antonio Rodríguez, fraile Joseph Sánchez y fraile Vicente Puga quienes predican también en Penonomé y Natá antes de partir al Perú.

En fecha cercana, en 1736, el obispo de Panamá, Pedro Morcillo Rubio y Auñon visita el sitio de Antón y encuentra que “habrá en dicho asiento hasta veinte ranchos, o casas todo lo más de la gente vive en los montes, y son mulatos, zambos y de todas misturas, excepto, cuatro o seis familias de españoles que viven en aquella inmediación, tienen su Iglesia en que el cura Teniente les administra los Santos Sacramentos, se compone este vecindario de más de quinientas almas”.

Se trata en ese momento, de un modesto templo con paredes de barro y techo de teja, rodeado de algunos primitivos bohíos y quizás una que otra casa un poco más importante, con techo igualmente de teja y piso de adobes cuadrados, a la usanza tradicional.

Para mediados del siglo XVIII, se observa el crecimiento de una sociedad que esta en plena gestación, y hasta de una pequeñísima prosperidad material.

Así, el 17 de julio de 1774, el mismo obispo de Panamá visita el pueblo de San Juan Bautista de Antón y ejecuta el inventario de bienes de la ermita.

El obispo muestra satisfacción por el manejo de las haciendas, propiedad de dichas cofradías religiosas, admisitradas por los mayordomos nombrados para tal fin.

Ese mismo año, 1774, se registra la existencia en Antón de una compañía del Batallón de Infantería, constituidos en milicias civiles, comandadas por el capitán Joaquín Ponce, el teniente Juan Bautista Ponce y el subteniente Manuel Blas Ponce, todos hermanos, hijos de un rico terrateniente local.

En total, ochenta y cuatro antoneros organizados bajo la disciplina militar, para la defensa del territorio parroquial.

A fines del siglo XVIII la sociedad parroquial demuestra ya las estructuras que la definirán a lo largo de nuestra historia.

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